Por las notas y por los comentarios -tanto de este blog como de la calle- presumo que se está padeciendo en nuestra región lo mismo que se padece en la zona de Cuyo y en el Litoral con el grupo Vila Manzano, y en el país en general, con los medios dóciles al poder económico. Una verdadera pena. Muchos años estuve en ese diario al que hacen referencia. Participé desde la levadura, desde la sugerencia del nombre que le pondrían al periódico. Viví la felicidad de ver trabajar a las inmensas rotativas. Me sumé al sueño de su fundador y director. Hice la editorial del Número 0. Hablaba de alas, no de hojas de diario, ¡es que eran dos alas! Y desde ese momento, año tras año, 15 en total, fui dejando mis huellas en sus páginas.
Ahora cuando leo esto que ustedes postean, ni lo puedo creer. ¿Entonces nada quedó de todo aquello? En aquel tiempo, todos los que estábamos ahí exponiéndonos con nuestras firmas, escribíamos hasta desangrarnos para desnudar nuestros talentos. Talentos que por supuesto teníamos, y esto dicho sin la menor humildad. Dios era el responsable, no nosotros. Recuerdo que cada salida era como un parto: una pequeña obra de arte que donábamos a nuestros lectores, según nuestro leal saber y entender. Eso sí, en ese tiempo todavía usábamos la Remington. La PC fue todo un caos. La jornada previa al cierre, volvía a mi casa a la medianoche, oliendo a tinta en el aliento y hasta por los poros, sabe Dios por qué. Cansada pero feliz.
Fueron años ricos de decires, aquellos. Amigos que no se fueron del todo. Que quedaron en el alma después de tantas horas compartidas. En lo particular, polemizaba hasta quedar disfónica con el director. Es que la rotativa metía un bochinche tremendo. Y nuestra visión, también.
Polemizábamos porque cada uno tenía su idea, y yo era joven y rebelde y me gustaba más mi idea. Jamás escribí otra cosa que lo que sentía. Nunca hubiera aceptado escribir por mandato. Cuando llegó la crisis del 2001 comprendí que ya no tenía más nada que hacer allí. Que no había más lugar para mí. Que el objetivo editorial, al que su fundador llamaba “las banderas de la transparencia”, empezaba a desdibujarse delante de mis ojos. Que ya no cabía mi objetivo en el de la empresa. Y cuando entendí bien eso y que cada uno de nosotros sólo éramos una cifra que respondía a un insuficiente sueldo, sólo eso y nada más, ahí me di por despedida.
Me parece bueno que El Infame haya dejado abierta la posibilidad de que se nos traduzca lo que malamente se publica por ahí. En lo particular lo agradezco, porque desde que no leo los más diarios de papel -es tan ágil la versión online- ignoro estos avatares. Por eso, para no errarle, me hice fan de la revista Ojito.
Confieso que leer que pasa esto en aquel que fue "mi diario" por adopción, me llena de tristeza. Hasta polemicé con Miquet en un tiempo pero me harté. Hay un objetivo allí que no es el de informar, mejor dejarlo ahí. No tiene remedio, una pena. ¿Pero no tienen ni un solo redactor que se haya atrevido a polemizar para escribir la verdad? ¿Nadie que quiera escapar del corral? ¿Sólo escriben los portavoces de un mandato que se somete a nebulosos fines? ¿Será que las banderas de la transparencia se pudrieron?, y sí, puede ser, con tanta humedad y tanta tierra, no es para menos.
Cristina Rosolio
(Nota del blog: esta es nuestra segunda colaboración de lectores desde que abrimos la casilla de correo para tal fin, agradecemos mucho a la Señora Cristina Rosolio que nos hizo llegar su opinión; con la que coincidimos por supuesto. Ahora a ver, ¿quién sigue?
Recordamos: enviar sus opiniones, escritos, colaboraciones, chimentos y puteríos varios a elinfamevt@hotmail.com.
¡Gracias!)
Cris, cuánta razón tenés; aunque sinceramente pienso que vivimos en tierra de cobardes. Todo mundo se regodea con las críticas, murmuran en las mesas de los bares, se burlan del lector con oficio de editorialista y de los tiradores de su jefe... pero a la hora de decir lo que se piensa aunque más no sea de forma anónima hacen mutis por el foro. Clásica postura venadense, incluso de los que se autodenominan rebeldes, progres y la mar en coche.
ResponderEliminarVos sos una mina que va de frente y te aplaudo, tanto como celebro esta nota y este espacio, pero sinceramente me asusta el silencio reinante a nuestro alrededor respecto de este y muchos otros temas.
¿Será que el señor de los haikus no es el único obsecuente del pasquín?
Besos amiga y saludos a la gente de este blog.
¿Viste Marce?, yo pensé que no me lo iban a publicar por lo largo y fijate, fueron tan gentiles que sí, ¡es que me dijeron que era muy largo para un comentario!!, jaja, ¡también yo qué exagerada para comentar!
ResponderEliminarTenés razón vos, se ve cierta ausencia de testosterona, ¡¡mirá si habremos oído hablar pestes por ahí!!, ¡y los mails que nos pasaban!, pero en fin, por lo menos nosotras decimos en voz alta lo que pensamos, sin necesidad de escudarnos en ningún anonimato, aunque para escribir acá veo que tengo que comentar como NN porque de cibernética no sé mucho y de algún modo te quería agradecer tus palabras. ¿Seremos la generación de mujeres testiculares digo yo?
Sea como sea, felicito a la gente que construyó este blog, es fresco, tiene esa audacia que sólo presta la juventud, bah, siempre y cuando sean jóvenes, y sinó, deben tener un espíritu bastante joven.
Estuve leyendo todo, está muy bueno, pero algunos comentarios viejos me dejaron con la boca abierta, y eso me llamó a escribir... ¿te pasa lo mismo Marce?
Un abrazo querida compañera:
Cristina Rosolio
Así se habla Cristina... pero los que están dentro de cualquier medio terminan siendo víctimas de lo que se decide dentro de las oficinas donde los jefes consideran a la nota como un negocio, y el trabajo de uno se ve censurado o peor aún... uno se termina autocensurando para conservar su fuente laboral
ResponderEliminarHola Emisores!, te cuento que en mi caso, por dignidad, ¡preferí perderlo!
ResponderEliminarUn abrazo agradecido
Cristina
¿EmisoresVT vos te referís a "La Guía"?,donde a los empleados no le pagan y por eso sacan clasificados buscando "Aprendiz de Periodismo".... diario en el que creo, si sos quien pienso, trabajás....
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